Creado él: 2021-10-30 20:15:22 , Última modificación: 2021-10-30 20:15:22
Las hermanas Pequeñas Apóstoles de la Redención por invitación del Padre fundador Arturo D´Onofrio llegaron a la ciudad de Bogotá el 8 de marzo de 1984, se confió a la hermana Anna Piscetelli (italiana) el comienzo de esta obra cuyos méritos y ejemplo de vida, ha sembrado semillas de amor, bondad, solidaridad, alegría, fervor, humildad y sacrificio al igual que muchas religiosas docentes, trabajadores y benefactores autores de la primera hora de la fundación del Hogar Veracruz, y continuadores de ésta obra de amor por el más pobre. La obra por designios de Dios nace con el fin de atender a la niñez en estado de vulnerabilidad, víctimas del conflicto armado de la pobreza de la ciudad, de las situaciones de indigencia, y de riesgo a las que son expuestos los niños de escasos recursos que vienes a vivir a las grandes ciudades.
La construcción de esta obra que llevaría una esperanza a tantos niños, niñas y familias sin esperanza, con la gestión, y el trabajo abnegado de las hermanas que en Nombre de la Divina providencia tocaron muchas puertas, en el mes de agosto de 1987 se realizó la bendición de la primera piedra y recibieron los sacramentos de bautizo y primera comunión las primeras niñas acogidas en la institución, por manos del Padre Fundador.
El Hogar Veracruz se ha convertido en una institución de protección y educación de los niños y niñas que se encuentran en estado de vulnerabilidad social gracias al don desinteresado de las hermanas y a la bondad de corazones generosos que han sostenido esta obra con sus ayudas generosas, en la actualidad acoge unas 60 niña en su calidad de internado.
La obra ha continuado a crecer y hoy es hogar de formación de unos 300 niños y niñas de la ciudad, son ellos la razón de ser de la institución por tanto para ellos todo el empeño, el esfuerzo y dedicación de tal manera que alcancen un sano y libre desarrollo integral, en el respeto de sus derechos hacia la construcción del proyecto de vida y la humanización del mundo.
El Hogar Veracruz le hace honor a su nombre pues todos los miembros de la institución no escatiman esfuerzos, para ofrecerle a los niños y niñas un ambiente propicio, acogedor, agradable, donde ellos puedan desarrollarse, libre, armónicamente, Donde perciban la belleza de la existencia, y como los ambientes de aprendizaje, son preparados desde el respeto, la fraternidad, el encuentro con el otro, en la alegría del servicio. Ellos desde el más infante hasta el más mayorcito son los protagonistas de su quehacer formativo y educativo, en la institución no hay personajes de segunda, todos son realmente imprescindibles.
El Hogar Veracruz ofrece una formación y educación Humanista con un enfoque católico, se busca seguir la pedagógica de Jesús y redescubrir en cada persona un horizonte de bondad, de grandes capacidades, todos en la institución son conscientes que el mundo tendrá un futuro mejor si le apuesta a la educación de las nuevas generaciones, pero si esta educación se hace con calidad. De acuerdo a la necesidad de la comunidad se ofrece el servicio de apoyo pedagógico, acompañamiento y aprovechamiento del tiempo libre de los estudiantes a través del semi- internado que acoge a unos 70 niños que después de su horario escolar permanecerían solos en sus hogares sin el cuidado y la atención de una persona adulta, casi todos hijos de madres cabeza de familia.
La institución busca proyectarse a la comunidad de acuerdo a las necesidades del lugar, por tanto, se ofrece a los hermanos habitantes de la calle cada semana catequesis, orientación espiritual acompañado de un desayuno caliente.
En la institución se colabora además con la preparación a los sacramentos de confesión y Eucaristía de los niños de la zona, se han formado además varios grupos para el servicio a la Iglesia, infancia misionera, grupo lectores, y de música.
El Hogar Veracruz se ha sostenido todos estos años gracias al corazón generoso de personas que han ofrecido sus aportes en especie o en dinero para que a los niños y niñas no les falte lo necesario, a ellos gracias, y seguimos invitando personas de corazón noble a unirse a esta obra y a colaborar con esta obra de Dios por el más pobre.